Al fin llegó el día!!
Había sido un año entero de preparaciones, presupuestos, alegrías, tristezas, enojos, compras, ventas, más compras y más ventas, pero al fin ya había llegado su día.
Estaban nerviosos, cada uno a su manera, pero ambos estaban concentrados en disfrutar cada mínimo detalle de su día.
Mientras maquillaban a Belén, solo podía pensar en lo nerviosa y ansiosa que estaba.
Su madre, sus amigas, sus familiares, todo el mundo estaba llegando y acompañándolos. Siempre quisieron que no se les escapara ningún detalle, pero siempre se les podía olvidar alguno, por más pequeño que sea. Sin embargo, eso no fue un impedimento para que todo saliera hermoso.
Belén caminaba junto a su padre y madre mirando al que pronto iba a ser su esposo. Fue un momento fascinante, imposible de olvidar. ¡Todo salió a la perfección!
Bailaron, comieron, bebieron, rieron, lloraron, disfrutaron.
Todo fue mejor de lo que pudieron haber imaginado alguna vez.
Y como guinda de la torta, al día siguiente se subieron a un avión y se fueron a celebrar su unión a Buenos Aires, Argentina. Fueron, son felices hasta hoy y siempre.